Se cuecen, poniéndolas en el agua cuando esté hirviendo, tres o cuatro patatas con una o dos coliflores.

Así que estén cocidas se pasan por un colador o por el prensapurés, añadiendo luego a la pasta, un cuarterón de mantequilla y mojándola después con caldo del cocido.

Hecho esto, se deja cocer otro poco, dejándola más o menos espesa, según la cantidad de caldo que se le eche, poniéndole al ir a servirla, una cucharada de nata, otra de crema de arroz y cuatro yemas batidas con caldo frío.

Esta sopa es facilísima de hacer cuando se compran las hierbas preparadas que venden en las tiendas de comestibles, pues basta sólo con hervir una cantidad de ella en el caldo del cocido, sirviéndola luego con costrones de pan fritos. Pero puede hacerse de hierbas frescas, que es mejor, aunque la fórmula es entretenida; mas porque en nuestro libro nada falte, la copiamos a continuación:

Se cortan en filetillos finos e iguales de grueso y largo zanahorias, nabos, hojas de repollo, raíces de apio, unos puerros y lechuga. Todo reunido se rehoga en manteca de vaca o aceite hasta dorar bien las legumbres. Entonces se mojan con suficiente cantidad de caldo del cocido, dejándolas hervir hasta que estén tiernas, añadiéndoles luego unas puntas de espárragos y guisantes hervidos antes. Se cuece todo junto otro poquito, se desengrasa el caldo y se pone en la sopera sobre cuadraditos de pan frito, sirviéndola en seguida.

También se le agregan, si gusta, unos granitos de arroz en vez del pan, siendo necesarios dos litros de caldo, para seis personas.

Se hace ésta amasando media libra de harina con medio cuartillo de vino, unas ralladuras de queso y un cuarterón de manteca de vaca muy lavada.

Primero se amasa la harina con el vino, luego se le pone la manteca, y últimamente el queso; se trabaja y extiende bien con el rodillo, hasta dejarla muy delgada, se corta con el cortapastas en tiritas estrechas, que se envuelven en cañas finitas, se hacen otras varias figuras a capricho y se fríe todo con manteca, poniéndolo luego en el caldo del cocido, un poco antes de servir la sopa.

Se lavan bien y se pican en pedacitos, se rehogan suavemente en una sartén con manteca.

Se les añade caldo y se pone también unas cucharadas de caldo en la sopera para remojar el pan frito que se tendrá en ella; luego se vierte allí el contenido de la sartén, y se sirve.

Se fríen en aceite ajos, y cuando estén fritos se apartan de la lumbre. Se le echa pimentón y sal, todo junto, para que no se queme, se le pone agua en seguida, se cuece, sazona y cala la sopa de pan rebanado, sirviéndola así o cuajando huevos en el caldo.

Si quiere hacerse con lomo o salchicha se parte en pedacitos esto y se fríe a la vez que los ajos.

Con medio cuartillo de caldo del cocido frío y ocho yemas batidas y mezcladas con él se hace un flan, poniendo la mezcla, sazonada de sal, en la flanera engrasada con manteca para cocerla al baño maría.

Cuando está cocido y frío se saca del molde y parte a cuadraditos, que se ponen en la sopera, vertiendo sobre ellos el caldo en el momento de servirla.

Es muy agradable y se hace rehogando en aceite cebolla muy picada con perejil, un ajo y los espárragos en pedacitos.

Cuando todo está rehogado se le pone caldo del cocido, mientras más substancioso, mejor. Luego se le añade ajo y azafrán machacados con unos granos de semilla de cilantro, se sazona de sal, se pone el pan rebanado en la cacerola, para que cueza con lumbre en la tapadera, y se sirve en la cacerola o en la sopera.

Puede hacerse con agua en vez de caldo; pero no resulta tan bien.

Se bate un huevo o dos y se le agrega harina hasta que quede poco menos espeso que el chocolate, sazonándolo de sal en polvo.

Se dora aceite, y cuando está fuerte se va echando con un tenedor la pasta, escurriendo el tenedor sobre la grasa para que caiga haciendo hilos finos, y al freírlos se van rompiendo para que quede en pedacitos pequeños.

Cuando todo está frito se pone en la sopera, procurando que no lleve aceite ninguno, y al tiempo de servirla se le añade un picadillo de jamón y el caldo del cocido hirviendo.

En un par de huevos batidos se pone ajo y perejil muy picaditos, se le agrega un poco de harina y se bate todo muy bien, quedando una pasta sueltecita que se fríe a cucharaditas en manteca bien caliente.

Después se coloca en la sopera, y vertiendo sobre ello el caldo del cocido, que se espesa con una yema de huevo batida, en unión de unas gotas de agua fría o con una patata cocida y pasada por el colador, se sirve la sopa muy caliente.

Si no se dispone de caldo del cocido se mondan y lavan las patatas, que se cuecen en agua con sal y un pedacito de jamón; teniendo cuidado al poner la sal; porque el jamón también la suelta.

Cuando las patatas están cocidas se pasan por un pasador fino y se ponen en el caldo de la cocción. Hecho esto, se fríen en la sartén con aceite, unos pequeños cuadraditos de pan y del jamón cocido, los cuales se colocan en la sopera, y el aceite sobrante del frito se añade al puré para que cueza un poco.

A esto se agregan también dos yemas de huevo duro machacadas y deshechas con el caldo del puré, incorporándolas poco a poco, y cuando todo esto haya cocido lo suficiente y el aceite esté bien mezclado y confundido con el caldo, se vierte en la sopera sobre el pan y jamón fritos, a los cuales se habrán unido las claras de los huevos duros cortadas también en cuadraditos.

Si en vez de agua se hace con caldo del cocido, no se le añade aceite ninguno y el jamón no se cuece con las patatas, sino que se pone en la sopera crudo y partido en cuadraditos.