Tarta de crema de almendras

Sábado, octubre 11th, 2014

Con cuatrocientos gramos de harina de flor, medio cuartillo de agua y un polvito de sal, se hace una masa muy trabajada, formando con ella una bola. Si la masa resulta muy seca, se rocía con un poco de agua y se sigue trabajando, hasta que no se agarre a las manos ni a la mesa.

Hecho esto, se aplasta la masa, hasta dejarla de un dedo de espesor; entonces se le pone en medio un cuarto de kilo de manteca de vaca, se extiende ésta sobre toda la pasta, y se trabaja en todas direcciones, por espacio de media hora; después, se la deja descansar, haciendo una bola con ella; a los diez minutos, se la vuelve a trabajar, y se hace lo mismo por cuatro veces consecutivas, terminando por trabajarla con el rodillo, y se aparta un pedazo de masa para la tapa.

Con el resto se forma un redondel del tamaño de un plato, haciéndole alrededor un borde de dos dedos de altura, y rellenándole con la crema.

Ésta se hace machacando unos sesenta gramos de almendras, se le aumenta una cucharada grande de harina, otra de flor de azahar, medio cuartillo de leche, tres cucharadas de azúcar blanca y seis huevos.

En un plato se pone la mitad de la leche, se deslíe en ella la harina, el azúcar, el agua de azahar y las almendras; se le mezclan los huevos batidos juntos, clara y yema, y esto se añade a lo demás, acabando de poner la leche.

Esta crema, cruda, que debe resultar espesa, se vierte sobre la tarta, ya preparada. Con el rodillo se adelgaza la masa de la tapa, y se cubre con ella la crema, quedando entre ésta y la pasta un hueco; se aprietan bien los bordes, con los dedos mojados, haciendo un redoble en forma de cordón, para que no se salga la crema.

Cuando está terminada, se unta la tapa de la tarta con una pluma mojada en huevo batido, y se mete en el horno, sobre una lata engrasada con manteca, cociéndolo con fuego suave, al principio, y después un poco más vivo, bastando unos tres cuartos de hora para su completa cocción.

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