Se hace un caldo con media gallina y jamón, por cada seis personas; se cuece bien, se cuela, y en él se hace la sopa, poniéndole tres onzas de fécula de patata, esto es, a media onza por plato.
Hecho esto se cuece, que no quede muy espesa, y se cuela otra vez para dejarla más fina.
Entonces se ponen en este puré, clarito, pedacitos de la gallina cocida y unas cucharadas de vino de Pérez, dejándolo cocer otro poquito y vertiéndolo despacio, moviéndolo siempre sobre la sopera, donde se tendrán seis yemas batidas y haciendo esta operación al momento de servir la sopa.