Se pone en una cacerola con manteca una cucharada de harina, que se deja dorar; luego se le añaden tres o cuatro cebollas muy picadas, sal, pimienta, una cucharada de caldo y otro pedacito de manteca.
Hecho esto se tiene al fuego por doce o quince minutos, se le pone un poco de mostaza y una cucharada de vinagre, se mueve bien para mezclarlo todo, y se sirve, siendo esta salsa muy buena para acompañarla con pavo o carne fresca de cerdo.