Recomiendan algunos doctores que para digerir bien debe tomarse queso en la comida, pero sin exceso; hay que tomar poco, pero debe tomarse alguno, sin que pueda faltar en ninguna mesa bien servida.
Hay infinidad de quesos españoles y extranjeros, que sería largo enumerar, y que se dividen en dos categorías: de masa dura y masa blanda.
Hay también preciosidades en queseras de cristal con sus correspondientes campanas; pero en ellas tan sólo deben servirse los que son de pastas blandas y frescas, poniendo solamente en dichas queseras una clase de queso. Los de pasta dura se colocan en bonitas bandejas con asas y patas, pudiendo servirse un trozo recién cortado y colocado sobre una servilleta de postre limpia y bien planchada.
Además de las frutas frescas y secas y de los quesos, figuran entre los postres las mermeladas, compotas, confituras, dulces secos y almíbar, pasteles, merengues, bizcochos, mazapanes, cremas y helados, galletas finas, fruta de sartén e infinidad de variadas golosinas.
De todas estas cosas tiene fórmulas en abundancia nuestro tratado, las cuales pueden consultarse.