En una ponchera se pone media libra de azúcar tamizado, seis yemas de huevo y unas ralladuras de cáscara de limón, batiéndolo todo muy bien.
Entretanto, se hace infusión de té, y, cuando esté hecha, y todo lo caliente que sea posible, se va echando poco a poco, sobre la ponchera, batiéndolo muy de prisa para que, los huevos no se cuajen. Esta infusión se pondrá en cantidad de cuartillo y medio, sirviéndolo en seguida, acompañado de ron y coñac, en bonitos jarros de cristal, para que cada uno le ponga, en cantidad y clase, el licor que prefiera.