Se toman unos cuantos pimientos medianos, encarnados o verdes, y procurando sean lo más igual que sea posible; se les quitan los rabos, abriéndolos lo menos que se pueda, y sacándoles por allí todas las simientes.
Hecho esto se fríe en la sartén jamón gordo y magro, picadito; con esto se le da una vuelta al arroz, rellenando con ello los pimientos, hasta su mitad solamente, antes que el arroz se ablande.
Cuando todos están preparados, se ponen en una cacerola con grasa de jamón por encima, agua hasta quedarlos cubiertos y un machacado de azafrán y pimienta negra, se dejan cocer hasta que se ablanden el arroz y pimientos, y se sirven.