Repetidamente hemos mencionado la utilísima máquina de picar carne, que también sirve para embutir ésta en las tripas, sin más que adicionarle un largo embudo de hoja de lata. Estas máquinas se usan mucho, habiendo venido a sustituir a las antiguas de palanca, que eran todas de madera y no tan cómodas.
Mas cuando no se dispone de unas ni otras, el picado se hace con tijeras o cuchillos. Son un poco primitivos y más pesados estos sistemas, pero usadísimos, sobre todo en localidades de poco vecindario donde es raro encontrar máquinas.
Para el picado con tijeras se friegan muy bien éstas y se lavan las manos perfectamente los que vayan a trabajar con ellas; mas, aún así no se puede evitar que la carne se manosee un poco.
El picado con cuchillo se hace poniendo los pedazos de carne sobre el banco de encina, y provista cada persona de dos grandes cuchillos a propósito, los cruza, repetidamente sobre la carne, picándola más o menos, según se quiera. Aseguran que esto es más limpio que con tijeras, porque las manos apenas tocan la carne, casi todo lo hacen los cuchillos y también con ayuda dé éstos se deja caer sobre el baño o artesa preparado debajo para recibirla; pero tiene el inconveniente de arrastrar entre el picadillo alguna partícula de madera procedente del banco, por más que éste suele ser de encina o roble.
Habiendo máquina, ésta es insustituible para picar y llenar, por su limpieza y ligereza, sobre todo cuando la máquina, en vez de manubrio, está provisto de un gran volante. Entonces un niño puede moverla sin gran esfuerzo, y con este aparato se prepara una matanza en la mitad de tiempo que se gasta con los otros sistemas.