Se pica la carne por la placa fina, se le pone sal molida, pimienta negra y canela, molidas también, zumo de limón o naranja, y cuando se les echa limón, puede añadírseles vino blanco; si gusta.
El limón o la naranja se exprimen a través de un colador, para evitar que pulpa y pepitas caigan en la carne; se embute en intestinos estrechitos de carnero; y atándolas en trechos, muy apretadas, se les pincha bien y se cuelgan de un lado, como los salchichones.
Cuando ha pasado una semana y están bastante oreadas, se parten por los sitios señalados con las cuerdas, se les quitan éstas por completo y se fríen con aceite y manteca en una sartén.
Puestas después en orzas, se dejan enfriar y cuajar la grasa antes de taparlas, conservándose de este modo perfectamente y durando más de un año.