Se forma esta pasta batiendo un cuarto kilo de harina con un cuartillo de agua templada, la que se va echando muy poco a poco, para obtener una pasta fina y de la consistencia que se desee.
También se le mezclan, perfectamente, un par de cucharadas de aceite fino clarificado, y al ir a usarla se le incorpora, de prisa y en el mismo momento, clara y media de huevo, batida a punto de merengue.