Para docena y media de huevos, cinco cuarterones de aceite, libra y media de azúcar, un poco de anís, canela y una libra de ludia o levadura de pan.
De los huevos se apartan doce claras. La ludia se deshace con dos tazas de leche y se echa en los huevos batidos, poniendo luego la canela y el anís.
Cuando todo esté bien batido, se le va añadiendo la harina y una copa de aguardiente. Se amasa muy bien, para hacer los bollos del tamaño que se quiera.
Puestos en papeles sobre unas latas, se meten en el horno, teniendo, antes de cocerlas, el cuidado de que reposen o duerman un buen rato, nunca menos de dos horas, para que crezcan y aumenten bien.