Los licores son obtenidos por destilación. Todos se preparan con alcohol o aguardientes, el zumo o aroma extraído de la sustancia que se elija y azúcar.
Pero lo que debe procurarse siempre que se intente la composición de algún licor, es escoger cuidadosamente todos los ingredientes, teniendo presente que siempre que se use agua, debe ser pura, filtrada y sin ningún sabor ni olor. Además, ha de procurarse, por todos los medios, que el licor agrade a la vista, al olfato y al paladar, pues si no resultará inservible.
Las ratafias son los licores preparados por infusión. Se hacen, si se prefieren de frutas, exprimiendo el zumo de éstas en el aguardiente que la compone, cuyo líquido disuelve el zumo que se le mezcla, cargándose de los principios aromáticos que contiene, o agregándole algún otro aroma, que se apropia en seguida, y de algunos licores fáciles de preparar.