Estos animalitos suelen estar muy gordos, habiendo algunos de tamaño respetable. En algunas localidades los preparan y tienen en grande estima, asegurando las personas que gustan de este manjar que es fino y de carne blanca y sabrosa.
Aunque parezca raro, se venden limpios y ensartados por docenas en las plazas de abastos de algunas poblaciones, entre otras Trujillo, de la provincia de Cáceres.