Se hace una pasta como para frituras, esto es, con harina y agua, trabajándola mucho, hasta que hace ojos; y poniéndola luego una cucharada de vinagre. Se tapa y deja apartada, hasta que vayan a servirse los huevos, siendo conveniente que espere la pasta hecha, dos o tres horas.
Cuando vayan a prepararse los huevos, se toman las yemas, que se fríen en manteca; se envuelven luego en una cucharadita de pasta y después en pan rallado, friéndolas en aceite, y sirviéndolas muy calientes.