Encendido el horno, se conocerá que está fuertemente caldeado cuando, restregando un palo con fuerza, en la bóveda del mismo, salten algunas chispitas. Entonces se limpia, quitándole la brasa y ceniza con un palo.
Después de barrerle, se le pasa un trapo mojado y atado en una larga caña. Hecho esto, se cierra el horno, y pasados de diez a quince minutos pueden cocerse en él las pastas, empanadas de relleno, timbales; pasteles que requieran mucha temperatura, etc.