Para preparar las conservas no se necesitan envases especiales, pudiendo usarlos indistintamente de barro o vidrio, siendo preferibles estos últimos, provistos de aros de goma, con cierres apropiados, y que sirven de una vez para otra, limpiándolos muy bien y cambiándoles las gomas cuando sea preciso.
Lo esencial es que el envase esté muy limpio, convenientemente preparado, y que pueda cerrar herméticamente, para que el aire nunca pueda penetrar en ellos.