Conserva a la americana casera

Viernes, octubre 10th, 2014

Dejando a un lado, pues, esos aparatos especiales y autoclaves para la preparación de conservas en mayor escala, ya que nuestro propósito es sacar el mayor provecho a las sustancias alimenticias con el menor gasto y sencillez posibles, explicaremos de qué se compone el menaje para preparar en casa las conservas de frutas y legumbres.

Es preciso disponer de un buen fogón, estufa, cocina económica o una simple hornilla al aire libre, si no hay otra cosa, pero bien provista de combustible. Además, se necesita, en abundancia, agua limpia y pura, fría y caliente, una caldera, cacerola grande, lata de leche o manteca, caldera de lavar ropa, cubeta o balde de lata o hierro galvanizado; un recipiente, en fin, que pueda ir al fuego para hervir en él los tarros de conserva, y, sobre todo, cualquiera que este recipiente sea, ha de estar provisto de una tapa que ajuste muy bien, y debe tener en su fondo, y separado de él unos ocho o diez centímetros, una rejilla de madera, con preferencia a las de metal, para que circule el agua libremente debajo y alrededor de los envases. Estas rejillas, sean de alambre o madera, pueden prepararse, si se quiere, con huecos para colocar en ellos los tarros, y esto evita que, con la ebullición, puedan chocar y romperse; pero cuando la rejilla no sea posible obtenerla de este modo, se suple el inconveniente colocando entre los tarros algo que amortigüe el choque; manojitos de pajas largas y blandas, o cosa semejante.

Se precisa, además, otra cacerola para escaldar, y que no pueda ser atacada por los ácidos, cuando de frutas ácidas se trate; una tenaza para manejar los tarros; cucharas soperas y de madera; vasos graduadores; varios cuchillos, bien afilados, para mondar legumbres y frutas; cestillos de alambre o paños y saquitos de telas muy claras para escaldar las conservas; un cubo o cajón para ir echando los despojos; varios paños para limpiar, y toallas para secarse las manos.

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