Los emparedados son más finos y resultan mejor hechos con un pan especial que se fabrica y vende para prepararlos; pero si no se dispone de este pan, pueden hacerse y servirse, con la absoluta seguridad de que han de resultar sabrosos y agradables, preparados, con pan de hogaza, de miga compacta y abundante, despojado de toda su corteza y cortado en finísimas rebanaditas, que se untan de mantequilla de clase superior.
Entre cada dos rebanaditas se pone un filetito de jamón en dulce, lengua a la escarlata, pavo trufado, foie gras, pollo, perdiz, anchoas, etc., porque se pueden hacer de todo lo que agrade.