Recomiendan algunas personas peritas en la materia de que tratamos, que para conservar los pescados frescos, deben quitárseles las agallas, y vaciados por éstas, llenarles por dicha abertura de azúcar moreno, en cantidad para que se penetre bien, suspendiendo después el pescado en un sitio aireado.
En cuanto a las carnes, pueden conservarse crudas envueltas en biborato de sosa o en carbón en polvo.
Claro es que estos procedimientos sólo son aplicables a las cocinas y para viandas que no tengan que esperar mucho, pues para conservas de larga duración es preferible el aislamiento absoluto del aire.