Se tienen unas horas en remojo con agua fría, luego se frotan y raspan para quitarles toda la tierra y la parte más dura.
Después se cuecen en una cacerola, bien tapada, a fuego lento y con agua salada para meterlas, cuando estén frías y con el caldo de cocerlas, en frascos bien tapados, que se ponen en un recipiente con agua fría, donde se cocerán durante dos o tres horas.