Se tienen a endulzar con agua en una olla. Poniéndoles el primer día el agua caliente, se endulzan más pronto, pero se reblandecen más.
Si están rajadas y se les echa agua fría, con ocho o diez días tienen bastante para perder el amargor; mas si están enteras, necesitan doce o quince. De cualquier modo hay que mudarles todos los días el agua.
Cuando están dulces se ponen en agua salada con tomillo, orégano, hinojo, estragón, etc., se les echa limón y clavillo o la sazón que guste más.
En cuanto hayan tomado bien el gusto pueden empezar a comerse.