Se parte en tajadas un melón bueno, sano y que no esté muy maduro. Se le quitan las pipas o simientes y la corteza; se parten luego en tres o cuatro pedazos cada tajada, se recortan para que estén bonitos y se dejan cuatro o cinco minutos en agua hirviendo, poniéndolos luego en agua fría.
Se tiene en una cacerola almíbar a 20 grados y se echan en ella los trozos de melón, bien escurridos; se les da un hervor y se traslada todo a un baño vidriado. A las cuatro o seis horas se toma el almíbar solamente, cociéndolo de nuevo para subirlo de punto, y esta operación se hace tres veces.
La última vez se pone a cocer melón y almíbar juntos, se les da un hervor tan solo, y se retira, guardándolo en frascos cuando está frío, o poniéndolo en la compotera para servirlo.