Se despluman, vacían, chamuscan y lavan bien por dentro y fuera una docena de zorzales, de los que se apartan en un plato las mollejas, corazones e higadillos.
Después se ponen al fuego en una sartén ochenta gramos de manteca; en la que se fríe un diente de ajo mondado y un pedazo de cebolla del tamaño de un limón mediano, que estará picada en pedacitos. Cuando el ajo y la cebolla estén bien rehogados se les agrega una cucharada grande de harina, que se remueve hasta que esté dorada.
Entonces se echan en la misma sartén dos o tres tazas de agua, colocando en seguida en esta salsa los zorzales, treinta gramos de jamón machacado o picado finísimamente, los corazones, mollejas e higadillos, sal y pimienta negra molida.
Se deja todo hervir por espacio de una hora y luego se les ponen dos docenas y media de aceitunas, escurridas de su aliño y deshuesadas, dejándolo hervir todo de nuevo hasta que los pájaros estén tiernos y con salsa proporcionada, añadiéndoles agua de vez en cuando, si es necesario, hasta que cuezan.