Aunque no tenemos pretensiones de que nuestra opinión sea tenida en cuenta, creemos que el proscribir una clase de alimento en absoluto, carnes o vegetales, por ejemplo, puede ser perjudicial para la salud, por que como cada manjar lleva tan distintos componentes, necesarios todos para la vida, tales como fibrina; albúmina, hemoglobina, hierro, glucosa, fósforo y otros, no se le puede privar al cuerpo de ninguno de los elementos y energía que gasta y que no pueda luego sustituir debidamente.
Así, cuando no se conoce a fondo la condición de los vegetales, es peligroso hacer uso absoluto de ellos como alimento, porque la ignorancia puede acarrear trastornos al dejar de suministrar estos comestibles al cuerpo humano los elementos necesarios.
Por tanto, somos partidarios decididos de la mayor variedad en los manjares, para hacer la comida más agradable, pues si bien el abuso exclusivo de los alimentos vegetales puede debilitar la sangre, ocasionando anemia, debilidad y otros trastornos, el abuso de las carnes, sobre todo, la del cerdo, que debe tomarse con parquedad, puede causar daños enormes, por llenar la sangre de elementos extraños que la vician y descomponen, siendo causa de infinitas enfermedades.
Los vegetales, que son más sanos, encontrándose en ellos elementos nutritivos, desconocidos generalmente, han de usarse con inteligencia, así como los pescados, que contienen gran cantidad de fósforo.
Habiendo manifestado cuanto se nos ocurre acerca de todos estos alimentos, entraremos ya en el fondo del libro, dando gran variedad de fórmulas para .preparar toda clase de carnes, ocupándonos preferentemente de las reses de matadero, después del cerdo, empezando por la matanza y terminando por todas las preparaciones concernientes a él.
La matanza, tal como se hace en las distintas regiones de España, ocuparía solamente un tratado especial. Por esto detallaremos solamente la extremeña y andaluza, después de lo cual seguiremos con la caza y aves, hasta terminar con todo lo que a carnes se refiere.