Es una cosa muy económica este plato, corriente entre las clases humildes, y que no queremos dejar de mencionar, porque haya en el libro tanto selecto como lo sencillo y usual.
A todo lo largo del pan se cortan grandes rebanadas, de un dedo de gruesas, que se asan en la parrilla, sirviéndolas en un plato, espolvoreadas de sal molida y rociadas de aceite que las bañe bien.
También se aderezan, después de tostarlas, restregándolas con una punta de ajo, espolvoreadas con la sal y pimiento molido y empapándolas después con el aceite.
Suelen también después de tostadas untarlas con tocino cocido y fiambre, o con manteca de cerdo y azúcar.