Se toman un cuarto de kilo de almendras dulces y algunas amargas, todas mondadas y machacadas, un cuarto de kilo de azúcar en polvo, cinco gramos de sal, un cuarto de kilo de manteca derretida, cuatro huevos y la harina quesea precisa; para formar una masa bastante dura.
Se trabaja todo muy bien, mezclándolo con los huevos; se pone la pasta en varias tarteras untadas con manteca, y se labran, trazando sobre ellas cuadraditos con la punta de un cuchillo, entrando los moldes en el horno después de cocido el pan.
Se les deja cocer durante dos o tres horas, según el calor que el horno tenga, y se sacan luego, conservándose estas tortas por mucho tiempo, sin estropearse.