Se mezcla una libra de manteca derretida y fría con nueve yemas de huevo, la corteza de un limón confitado, en pedacitos, o la ralladura de una cáscara de limón, media libra de harina y un cuarterón de azúcar tamizada.
Todo junto se trabaja bien y se echa en un molde engrasado con manteca, forrando primeramente el molde con una porción de masa, y poniendo en el fondo otra capa más gruesa. Luego se extiende sobre ésta una capa de la mermelada preferida, se cubre con otra capa de masa y se cuece en el horno.