Se baten unos huevos, poniendo en ellos después rebanadas gruesecitas de pan con corteza y todo. Hecho esto, se las deja empapar bien por espacio de quince o veinte minutos, friéndolas como buñuelos, y sirviéndolas espolvoreadas de sal fina.
Si no se quieren así, se ponen en leche con azúcar y canela.