Cuando esté hirviendo el caldo en la cacerola a fuego suave, se echan en él los macarrones partidos en pedacitos, se mueven y espuman, dejándolos cocer hasta que estén bien tiernos.
Al ir a servirlos se les pone por encima queso de Flandes, parmesano o Gruyere rallado, debiendo servirse esta sopa espesa; pero es mejor servirla sola, y el queso rallado aparte, para que cada uno se sirva de él la cantidad que guste, resultando más sabrosos los macarrones con caldo de estofado que con caldo del cocido.