Se tiene preparado medio litro de caldo caliente para doce huevos.
Las doce yemas se baten solas, y por otro lado cuatro claras, que se unen después a las yemas. Fuera del fuego, y poco a poco, se van mezclando con el caldo caliente, que estará sazonado de sal al paladar. Se acerca de nuevo a la lumbre, trabándolo, trabajándolo y teniéndolo a fuego suave, como si fuesen natillas.
Se tienen cocidas, sin batirlas, las ocho claras sobrantes, y cuando están duras, se cortan en tiritas y se ponen en la crema para servirla.