En una cacerola se ponen en infusión, sobre rescoldo, y por espacio de diez o doce horas, un cacillo de vinagre, otro de caldo y dos de vino blanco; se le añade sal, pimienta, un pedazo de cáscara de naranja, un clase de clavillo, laurel, tomillo, unas chalotas machacadas, jugo de limón y sal para sazonarla.
Pasadas doce, horas se pasa por un colador fino y se guarda, en una botella, donde se conserva, por mucho tiempo, pudiendo servirla con toda clase de pescados, carnes, aves, cuajados, menestras, etc.