Se rehoga con manteca de vaca, cebolla y zanahoria muy finamente picada y un pedacito de jamón muy picadito también.
Cuando se le ha dado unas vueltas, y antes que la cebolla se tueste, se ponen en la misma sartén o cacerola dos o tres cucharadas de harina; se mezcla bien, sin dejar que la harina tome color, y entonces se le agrega más o menos leche para dejarla más o menos espesa, y se sazona de nuez moscada.