En un perol se echan cuatro litros de suero de leche de cabras, ovejas o vacas, colado antes por una servilleta. Luego se le añade un polvo de sal, y se pone al fuego. Cuando vaya a levantar el hervor, se rocía toda la superficie del suero con litro y medio de leche pura, colada y mezclada con un cuarto de litro de nata.
Se deja cocer, y cuando hierva por todas partes, se aparta de la lumbre, se deja reposar un poco, se le quita la espumilla oscura que tiene, se saca el requesón, que se ha formado, con una espumadera, y se va colocando en moldes de hoja de lata, agujereados, o en cestillos de mimbre, para que escurra bien el suero y quede formado el requesón.
Resulta siempre más fino y delicado el requesón hecho con leche de ovejas que el que se hace con leche de vacas o cabras.