Se corta muy finamente la cáscara de la fruta preferida, y se pone en alcohol, teniéndola en maceración por espacio de treinta o cuarenta días, pasados los cuales estará en condiciones para emplearlo en refrescos.
Para hacer éstos, basta poner una cucharada del alcohol aromatizado, en agua con azúcar al paladar.
También pueden prepararse en vinagre de yema, en vez de alcohol, usando el vinagre aromatizado, para hacer los refrescos de igual manera.