Se toman ciento veinte gramos de almendras limpias de piel y molidas, un cuarto de litro de crema, ocho hojas de gelatina disuelta en agua caliente, en la proporción de un cuarto de litro, y ciento veinticinco gramos de azúcar.
Todo esto se remueve bien, puesto al fuego; cuando la masa esté espesita, y antes de romper a hervir, se echa en el molde y se deja enfriar para servirlo.