Para hacerlo menudo se ponen en la masa nueve huevos con tres jícaras de aceite, y para el grueso, doce huevos y nueve jícaras de aceite. Tanto en uno como en otro, se bate muy bien el huevo con el aceite, se le echa harina, y para hacer el grueso, se deja la masa muy blanda.
Después de bien trabajada, se hila, rodándola con las manos sobre una mesa limpia, y adelgazándola como se quiera, formando unos hilos largos y que parecen macarrones. Luego se fríe en aceite, se escurre, hace pedacitos, que se unen con miel, sobre la mesa engrasada, donde se le da forma de rosca grande o pequeña, bollos, etc.