El pichón de palomar es, sin duda alguna, mejor y de carne más fina que el silvestre. La clase más estimada entre las que habitan en palomares, es la que tiene las plumas del cuello un poco despeinadas y formando como un collar.
En cocina, tanto los pichones y palomas domésticos, como los silvestres o torcaces, se preparan igual, por convenirles los mismos guisos; sólo hay que tener muy presente, cuando se vaya a preparar un asado, que el ave sea muy joven.