Se deshuesa y limpia de nervios el conejo, picando muy menudamente la carne y rehogándola con manteca.
Los huesos se machacan con despojos de ternera, tocino magro, sal y pimienta, se espolvorean de harina, se revuelven bien y se cuecen en leche por espacio de una hora, pasada la cual se aparta el cocimiento; y pasado por tamiz, se reduce, poniéndolo luego con el picadillo y calentando éste solamente.