Para una libra de harina, otra de manteca fresca, un poco de sal, una cucharada de vinagre, un poco de agua templada y cuatro yemas de huevo.
Se trabaja todo junto, menos la manteca; se le da vueltas con el rodillo, después de haberle ido agregando la manteca poco a poco, y cortados en la forma que se quieran los pasteles, se fríen en manteca.