Si se rellena de aves, como perdices, patos, codornices, pichones, calandrias, etc., se dejan enteros; si se hace de caza, gallinas o pavos, se deshuesan solamente, sin picarlos; pero de una u otra manera deben las carnes rehogarse un poco con manteca y mecharse con pedazos de tocino sazonados, cociéndose, si el rellenó es formado por un pedazo de jamón.
Hecho esto, se tiene preparado un poco de picadillo para rellenar los huecos de las carnes, y se toma un pedazo de masa, ya preparada, que se moldea en redondo o en óvalo; se aplasta, dejándolo del grueso de un dedo, sobre una hoja fuerte de papel que tenga la figura que se le haya de dar al pastel, y dejando un reborde de pasta de tres o cuatro dedos.
Entonces se colocan las carnes dentro, poniendo en los huecos de ellas el picadillo, también rehogado; se aprieta bien para que todo forme una masa; se cubre por completo con lonjas de tocino; se suben los bordes para que, unidos con la cubierta de masa también, formen una especie de caja, y haciéndole en el centro de la tapa un agujerito, se mete en el horno, a fuego vivo por dos y media a tres horas; se saca luego y se tapa el agujero con un poquito de la misma masa.