Resulta exquisito, y se confecciona picando bien los hígados y añadiendo dos sesos de carnero o uno de vaca, si hay bastante cantidad de hígados, porque si no, se disminuyen en proporción de éstos los sesos.
A este picadillo se le añaden hierbas finas, muy picadas, dos cucharadas de nata, tres yemas de huevo crudas y un poco de pan rallado y mojado en leche fría. Todo esto, muy mezclado, se une con tres claras de huevo, batidas a la nieve.
Esta pasta se pone en un molde, engrasado con manteca de vaca, el cual se coloca al baño maría para cocerlo; cuando esté cocido, se vuelca el molde, sirviendo el pastel solo o con una salsa de tomates.