No queremos dar por terminado este capítulo sin hacer una recomendación a las personas que no lo sepan, con la cual el melón resulta exquisito. Es sencillísima y consiste en poner un limón al lado del comensal.
Al partir un pedazo con el tenedor especial de corte o con otro ordinario, se toca con él, apretando un poco, para que apenas se introduzca en la cáscara, al limón.
Hecho esto se pincha inmediatamente el trocito de melón partido; llevándoselo en seguida a la beca y notándose que la fruta está saturada de un delicado sabor a azahar.