Se pican y fríen en manteca doce o catorce cebollas grandes, apartándolas antes que se quemen y dejándolas enfriar. También se tendrá cocido en agua con sal, y escurrido luego, tres o cuatro libras de arroz, que se mezcla en un barreño con la cebolla frita y la sangre fluida de un cerdo; se sazona de sal, pimienta, orégano, pimentón, anís, canela y clavillo, todo molido.
Se amasa mucho y embute en las tripas de cerdo, atándolas flojas y cociéndolas, como de costumbre, sin olvidarse de pincharlas, para que salga el aire y no revienten. Con una hora y media de cocción tienen bastante; luego se sacan, escurren y cuelgan al humo.