Para esta clase de morcillas, muy corrientes en los cortijos andaluces, se pone la carne gorda del cerdo muy picada con jamón crudo, carne de pavo, perejil, almendras molidas, azafrán, pimienta negra y clavos; se agregan a esta pasta unos huevos crudos y un puñado de piñones, quedando la pasta con los huevos algo correosa y sazonada de sal.
Se embute en tripas que después se ponen a cocer, como las demás morcillas, y si han de guardarse por mucho tiempo se fríen y ponen en orzas, como las salchichas, cubiertas también de grasa.