Se desangra y limpia bien, frotándole después interiormente con manteca, perejil y pimienta.
Se le pone una poquita de agua y unas cebollas, con unos clavillos de especia incrustados en su carne. En este adobo se tiene por espacio de veinte o veinticuatro horas, para que se tome. Después se escurre y pasa de prisa por la llama, se le introduce el asador por atrás, sacándosele por el hocico, y se le unta todo de aceite.
Hecho esto, se deja tostar bien, y cuando tenga un bonito color dorado se coloca boca abajo en una fuente, rodeado de berros y con una manzana pequeña en la boca.
Si no hubiera asador, puede tostarse en el horno.