Se le da un hervor a un pedazo de jamón, para desalarlo; después se corta en lonchas, se fríe un poco, no mucho, porque no se endurezca, y se sirve con huevos estrellados, con picatostes o con salsa de tomates.
Cuando se sirve con esta salsa, se hace la pasta sin sal, y en vez de ponerle otro líquido se moja con el agua de cocer el jamón, pues debe, en toda cocina, procurarse siempre aprovechar toda clase de sustancias que puedan aumentar el valor nutritivo y sabor agradable de los platos.
Cuando se pone el jamón acompañado de picatostes, también pueden mojarse estos antes de freírlos, en el agua de cocer el jamón, con lo que resultan mejor, y si el jamón se sirve con huevos, puede guardarse el líquido de cocerlo para arreglar macarrones, ponerlo en otros condimentos que le esté bien o agregarlo al caldo del cocido, pues nada que sea útil debe tirarse.