En algunos países, Alemania entre ellos, son los huevos pintados indispensables para celebrar las Pascuas de Resurrección.
Para pintar los huevos de Pascua se siguen variadísimos sistemas, siendo lo más frecuente pintarlos con fuchina o anilina.
En Alemania graban, a veces, en ellos, una especie de calcomanías que con este objeto se venden, y para jaspeados es sencillo e ingenioso el procedimiento que emplean.
Toman un puñado de hojas verdes y flores de matices diversos que comprendan que pueden desteñirse sus colores. Envuelven en ellas el huevo completamente, y lo sujetan, atándolo en un trapo. Una vez así preparado, lo ponen a cocer en una olla con agua, y cuando les parece que estará duro y decorado por los colores que hayan soltado flores y plantas lo desatan, y resultan así muy bonitos y raros.