Esta bebida, que, según la tradición, era la predilecta de los dioses del Olimpo, usada con gran frecuencia en la antigua Roma, es sencillísima de confeccionar y tan saludable, según se asegura, como grata al paladar.
Para prepararla se deshacen en un litro de agua cien gramos de miel, con dos pulgaradas de canela en polvo, clavo, jengibre y nuez moscada triturados. Esta operación se hace a fuego suave, se deja enfriar, se filtra y puede servirse, para tomar una copita por las mañanas.