Se machacan dos libras de carne de albaricoques, que estarán bien maduros, para formar una pasta suelta y fina.
A esta mezcla, unida con un cuarto de litro de almíbar a veintiocho grados y media copa de almíbar a la vainilla, se le agrega el zumo de dos naranjas regulares, pasado por tamiz, y bien revuelto, se tiene en reposo por espacio de dos o tres horas, para helarlo luego.