En un molde liso se pone una ligera capa de áspic en el fondo, dejando cuajar la gelatina sobre hielo o en sitio fresco. Así que la gelatina esté casi cuajada se colocan sobre ella unos langostinos pelados y cocidos de antemano, formando bonitos dibujos; entonces se les pone áspic para bañarlos, dejándolos cuajar, y así se va siguiendo con capas superpuestas de áspic y langostinos, hasta llenar el molde, procurando terminar con una capa de áspic.
Se deja en el hielo o en sitio fresco el molde hasta el momento de servirlo, y para volcarle sobre un plato basta meterle un momento en agua caliente, y se desprenderá solo.